Iniciar sesión

Redondela en Foto

Larga vida a los formatos abiertos

::

Típico es el caso de la película en VHS de aquella boda, y que ahora quieres ver pero no puedes, pues ya no cuentas con el vídeo (vamos, el reproductor de VHS), ya que tiempo ha que lo has reemplazado por un reproductor de DVD. No hay problema, ya que existen aparatos que te permiten cambiar el formato de ese contenido, pasándolo a un CD o DVD, por ejemplo.

Cambiamos ahora de escenario: El mundo virtual. Estamos, supuestamente, en la Era de la Información, y es que en este momento parte de nuestras posesiones son simplemente información, es decir, objetos no existentes físicamente, sino virtualmente. Su cualidad de virtuales no debe hacernos pensar que son menos valiosos que lo físico, de hecho el objeto más importante de los que poseemos es de este tipo: El alma, la psique. Intangible, virtual, pura información, y sin embargo lo más importante para cada uno de nosotros, pues sin ella no seríamos.

Estas posesiones varían mucho en forma y utilidad: Desde contenido multimedia a documentos ofimáticos. Fotos de tus hijos, vídeos de tus padres, poemas de tu novio, hojas de cálculo con las facturas de tu empresa... y podría continuar hasta tu aburrimiento e incluso el mío. Posesiones muy valiosas, en algunos casos en términos económicos y en otros en términos sentimentales. ¿Y qué pasará cuando no podamos reproducirlas?

Con reproducirlas hago alusión al caso de la imposibilidad de reproducir un VHS en nuestro salón, no al sentido de copiar que tiene la palabra reproducir. Y es que de esto trata este artículo, de la posibilidad, o no, de visualizar ciertos formatos.

Para simplificar las cosas nos vamos a centrar en un único tipo de archivo, un documento de texto (pero sería igualmente válido elegir cualquier otro: una foto, un vídeo, un archivo de audio, etc.). Existen muchos formatos de archivo de texto y, para que nos entendamos, un formato de archivo es la forma en la que cierto programa guarda la información inherente al contenido del mismo. Un ejemplo burdo: El Procesador de Textos X podría guardar los textos que escribe con unas normas muy simples según si el texto está en negrita o en cursiva, envolviendo los fragmentos de texto en negrita con las etiquetas <negrita> y </negrita> y los fragmentos en cursiva con <cursiva> y </cursiva>. Esto se complicaría hasta el nivel que el creador del programa desease, permitiendo cosas como tablas, colores, tipos de letra, etc. Bien, ¿y qué pasa si, dentro de veinte años, El Procesador de Textos X no funciona en el sistema que tengo? Bien porque la empresa que lo desarrollaba se haya ido a pique, bien porque les dio la gana de no continuar actualizando el programa y la última versión no es compatible con nuestro nuevo y maravilloso Windows Ceguera del 2028... el caso es que no podemos utilizar el Procesador de Textos X y, por lo tanto, nos hemos quedado sin todas las cartas de amor de nuestra novia (o fotos de nuestros familiares, quizá ya fallecidos, o vídeos de nuestro antiguo grupo de amigos...).

Coño ―dirás tú―... ¿cual es el problema? Si es tan simple como que un programador cree un nuevo procesador de textos, por ejemplo El Procesador de Textos Y, que sea capaz de representar en negrita aquello que vea que está entre <negrita> y </negrita>, en cursiva lo que esté entre <cursiva> y </cursiva>, y análogamente con las tablas, los párrafos, los colores y tipos de letras, etc.

Sí, realmente es tan simple como eso. Y aunque las reglas del formato de un archivo suelen ser bastante más complejas que las de mi burdo ejemplo, el problema es el mismo, sólo que más complejo. Luego la solución está dada, sólo que es más laboriosa.

¿Para qué nos cueces la cabeza con esto, entonces, si no hay problema? El problema está en que, habitualmente en estos días, los formatos que se utilizan no son abiertos, es decir, no existe una especificación pública de las reglas que utilizan los programas capaces de interpretarlos y/o crearlos. Y sin esa especificación, es muchísimo más complicado crear otro programa que pueda entender ese formato.

Si has leído de este párrafo para arriba, creo que ya te haces a la idea del problema: Si ese programa no funciona en mi sistema, dentro de 2 años, de 20 o de 50, no podré acceder al contenido de ese archivo tan valioso para mí, o será realmente difícil.

Por todo esto no es importante, sino esencial, el utilizar siempre que sea posible formatos abiertos para toda nuestra información, ya que de lo contrario dependeremos de las decisiones internas de ciertas empresas, las cuales, además, no siempre estarán ahí para actualizar su aplicación. Para que dentro de un siglo nuestros descendientes puedan ver nuestras fotos, como nosotros podemos ver fotos, en papel, de hace 100 años.

Tags: tecnología, libertad, software

Comentarios (0)

Escribe tu comentario

Nos encantará que des tu opinión, para lo cual puedes utilizar el siguiente formulario. Por favor, intenta que tus comentarios estén relacionados con este artículo. Así mismo te pedimos que no faltes al respeto a nadie, y que no escribas como en un teléfono móvil. Cualquier comentario fuera de lugar (insultos, spam, off-topic, etc) puede ser borrado sin previo aviso.

¿No tienes una cuenta?

Regístrate

Es fácil, rápido y gratuito.

Inicia sesión en sanva.net

He olvidado mis datos de acceso.

Redondela en Foto 8.6.11 - XHTML 1.0 Strict - CSS - Política de Privacidad