12 primates
05/08/08 22:21
::Un águila va viajando por el mundo desplegando sus bellas alas en un aire que le permite volar. De repente, ve en tierra firme algo que llama poderosamente su atención: doce primates están encerrados en su jaula. El águila, que es el mejor filósofo que puede existir en la naturaleza, posa sus patas sobre lo más alto de la celda.
Los primates comían lo que había disponible en la jaula. Nada más. Sus elecciones eran consecuencia de la proliferación de frutos, del hambre, del sabor de los alimentos.
Los primates se masturbaban, se relacionaban en parejas, tríos, e incluso grupos mayores. Lo hacían debido a sus pasiones, a su instinto de placer, de supervivencia, de goce de sus propias sensaciones. Lo necesitaban.
Los primates utilizaban su técnica para construir elementos que les ayudasen a manejarse en la naturaleza. Para adaptarse a ella. Este mecanismo de adaptación era imprescindible para su supervivencia. Su paroxismo les impedía utilizar una fuerza bestial. Necesitaban su técnica para vivir. Era una manifestación más del instinto de supervivencia, de su deseo de adaptarse adaptando.
Llegó el invierno. Como las jaulas no resguardan de la lluvia, los doce primates se fueron a las cuevas. Pintaron su forma de cazar. Nació el impulso de supervivencia individual. Necesitaban decir que alguien había estado allí.
Los primates jamás volaron. Jamás corrieron en menos de 9 segundos. Jamás saltaron como una pulga. Jamás comprendieron el mundo.
Entonces, el águila entró en la jaula. Y le dijo al primate:
― ¿Por qué hacéis todo eso?.― El águila sabía que sus acciones eran instintivas. Que eran necesarias.
― Estás hablando con el hombre libre. ― Dijo el primate.
Y el águila se fue riendo a volar fuera de esa minúscula jaula. Tampoco sabía que estaba atrapada.
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