Alma muerta
28/07/08 15:45
::En un día de grandes relámpagos, María nació entre lágrimas. Llantos causados por el dolor de una madre que le dio su vida.
Fue creciendo, y por su sentimiento de culpa, María hacía todo lo que su madre le pedía. Hacía recados, cocinaba, realizaba las tareas domésticas... Además, estudiaba inglés y francés, como su madre quería. Su padre quería que fuera música así que, a los siete años, María entró en el conservatorio. Sus padres le habían dado la vida, y sus padres se la estaban haciendo. Le estaban dando una educación.
Era una alumna excelente. Sacaba buenas notas, y nunca se quejaba. Sus profesores tampoco se quejaban. Hacía siempre los deberes, y en casa seguía trabajando. Era una chica obediente. Y muy educada.
En su adolescencia, María conoció a un chico. Su primer y único novio. Le quiso. Estudió secundaria, bachillerato, y seguía en inglés, francés y conservatorio.
Estudió la carrera de Derecho. Se casó con su chico, y tuvieron tres hijos. María siempre hizo lo que su novio quiso. Aunque fuera licenciada en Derecho, María no ejerció. Un sacrificio por amor. Y por educación.
Envejeció. Cerca de la muerte, María comenzó a repasar su vida. Estudios, familia, pareja, tareas del hogar, inglés, francés, música, amigos...
María se murió sin tener nada. No fue feliz. Tareas del hogar, estudios, marido, hijos, idiomas, música, amigos... Llantos, sufrimiento, dolor. Su vida y su muerte. Frutos de voluntades ajenas. Frutos de su obediencia. María era muy educada.
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